Un magnígico dialogo entre Bach y la música árabe, a través del tiempo
El conjunto Constantinople, dirigido por Kiya Tabassian, nos invita a un encuentro profundamente conmovedor y humano.Al combinar musical y temáticamente las partituras de Bach (1685-1750) y los textos del poeta persa Omar Khayyam (1048-1131), incluso con 600 años de diferencia.
Bach y las piezas clásicas persas se entrelazaron en una especie de inspirada convivencia en la que ambos gigantes intercambiaron, y a veces incluso cantaron al unísono, sobre la vida, la muerte, Dios y el amor. Todo esto se hizo con gran respeto, dejando tanto espacio para uno como para el otro, pero también para interacciones más estrechas, casi fusionales.
Es fascinante observar que dos mundos que, hace 50 años o más, habrían parecido irreconciliables a supuestos conocedores y puristas musicales, ahora parecen perfectamente capaces de congeniar y estimular la atención sostenida y las reacciones entusiastas del público.
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