Todos hemos oído infinidad de veces (nunca demasiadas) esta subyugante obra de Maurice Ravel sobre la que vale la pena conocer mas cosas.
Ravel recibió un encargo de la bailarina Ira Rubinstein, procedente de los ballets rusos, convertida en esos momentos en una rica mecenas y con su propia compañía de ballet, para que compusiera una danza española que ella misma bailaría.
En principio pensó en una orquestación sobre la suite Iberia de Albeniz, pero le adviertieron que eso ya lo había hecho el músico español Enrique Fernandez Arbos. Ravel se mostró muy contrariado e incluso avergonzado al recibir el generoso ofrecimiento de Arbos de poder utilizar su idéa. Pensó en abandonar el proyecto pero la casualidad quiso que pasara unos dias de vacaciones en su ciudad natal, próxima a San Juan de Luz, en el pais vasco francés." Fue entonces cuando le vino la idea de elaborar una obra experimental: un ballet para orquesta que solo utilizaría un tema y un contra-tema repetidos y en el que el único elemento de variación provendría de los efectos de orquestación que sustentarían un inmenso crescendo a lo largo de toda la obra. El nacimiento de la melodía es relatado por Samazeuilh, que cuenta como el compositor, una mañana, en pijama, antes de ir a nadar, le habría interpretado al piano un tema con un solo dedo explicándole".
Para poder entender mejor esta impresionante obra, hemos pensado en ofrecerla con una guía de audición incorporada.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario