El Concierto para piano n.º 3 en re menor, Op. 30 fue escrito en 1909 y estrenado el 28 de noviembre del mismo año en Nueva York, con la antigua Sociedad de la Orquesta Sinfónica de Nueva York bajo la dirección de Walter Damrosch y el propio Rachmaninov como solista, estando considerado por muchos pianistas como un verdadero maraton musical y epítome del reto pianístico que además exige concentración, memoria y técnica para cubrir esos 40 minutos que solo se pueden abordar con un proceso físico y mental.
Las nuevas ténicas. La aparición del disco microsurco, en sustitución de los de pizarra supuso un gran avance para la música clásica, y si bien aunque algunos nostálgicos añoramos el acto de abrir la carpeta, ponerlo en el plato y depositar el brazo sobre el disco, lo cierto es que la aparición del CD supuso un avance definitivo, y en especial para la música clásica, donde la ausencia de sonidos que no sean los de los instrumentos son esenciales, y para quien escribe esta nota su calidad es absolutamente incomparable a todos estos formatos, surgidos del MP3, que si bien dicen eliminar sonidos no apreciados por el oido humano, a nuestro entender quitan brillantez y ¿Quien dice que no se aprecian?
Por tanto, escuchamos con verdadera admiración y recogimiento, esta actualización con proceso de remasterización del pasado año 2024 de Horowith enfrentado al 3 de Rachmaninov.
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