jueves, 14 de noviembre de 2024

EL ILUSIONISTA QUE DEJÓ SIN PALABRAS A STEPHEN HAWKING

En Una breve historia del tiempo, su obra más famosa, la que le convirtió en un científico tan conocido que parecía una estrella del rock, Stephen Hawking aseguraba «si llegamos a descubrir una teoría completa, sería el triunfo definitivo de la razón humana, porque entonces conoceríamos la mente de Dios». 
Esa búsqueda le animó durante toda su vida a intentar desentrañar algunos de los secretos mejor guardados del universo. Y, sin embargo, a pesar de todo su conocimiento (o, seguramente, a causa de ello), Hawking, uno de los físicos teóricos más importantes del siglo XX, quedó fascinado por la magia de Antonio Díaz, el Mago Pop. 
 El día que ambos se conocieron en la universidad de Cambridge con motivo de la grabación de un programa de televisión presentado por el ilusionista español, fue el cumplimiento de un sueño. El Antonio niño que fantaseaba con subirse a los escenarios era también un gran admirador de los divulgadores científicos como Carl Sagan. 
A ellos les debe esa pasión por la ciencia y por buscar el asombro del público de una forma obsesiva que sigue guiando su trabajo.

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