¿CUAL HA SIDO EL DEPORTISTA MEJOR PAGADO DE LA HISTORIA?

Si lanzamos esta pregunta, seguro que muchos pensaremos en las estrellas del Futbol, como Messi, Ronaldo, Mbappe etc, o del Tenís, como Nadal, Alcaraz,  Djokovic etc, o del Golf como el español John Ram con ese contrato mareante para llevar ese deporte a la Arabia Saudí, o quizás los pilotos de Formula 1.

Pues bien, dejémonos de elucubraciones y descubramos que el deportista mejor pagado de la historia, practica el deporte de la conducción de cuadrigas, o sea que era un Auriga, y su nombre Cayo Apuleyo Diocles en una época en que las carreras con caballos era  el deporte rey. El Circo Máximo de Roma llegó a reunir a 225.000 personas. El de Bizancio (luego Constantinopla y ahora Estambul...) era aún mayor.

Circo romano de Mérida, que fue la cantera de nuestro personaje

Español exactamente no era. Extremeño, tampoco. Pero porque no existían aún España ni Extremadura, sino Hispania, la Lusitania, y Mérida, de donde proviene nuestro héroe, se llamaba Emerita Augusta. También puede ser que fuera protoandaluz o protocastellano. O protoportugués. Pero es casi seguro que aprendió a ser auriga -es decir, conductor de carros de carreras- en Emerita Augusta.

Existe un documento, escrito sobre piedra, que viene a dar detalles como estos: Compitió en 4257 carreras y obtuvo 1462 victorias, quedando segundo o tercero en otras 1438. Cotino, Gálate, Abigeio, Lúcido y Pompeyano fueron sus caballos preferidos, lo que le produjo unas ganancias ni más ni menos que 35.863.120 sestercios ¡Y eso eran muchos sestercios!.

En el año 2010 en el que Peter Struck, un profesor de la Universidad de Pensilvania lo calificó como “el deportista mejor pagado de todos los tiempos”. Se puso a hacer cálculos de equivalencias. Siéntense. Resulta que lo que Diocles habría ganado durante su vida sería al cambio unos 15.000 millones de dólares. Podría hoy comprar toda la Primera División de Fútbol y ponerlos a jugar en el jardín de su mansión. Los ricos romanos eran muy de esas cosas, como los jeques modernos. Dinero llama a dinero. Eso sí, no pudo disfrutar mucho de su fortuna ya que falleció dos años después de retirarse con tan sólo 44.