viernes, 9 de junio de 2023

MUERTE EN LA ESCALERONA



Lamentablemente no es el título de una novela de Ana Lena Rivera, ni una investigación de Gracia San Sebastián.

Estamos seguros que todos conocen, bien por haber estado en ella o simplemente por culturilla general, la magnífica Playa de San Lorenzo, y dentro de ella, La Escalerona, que es el más grande de los accesos a la arena.

San Lorenzo y la Escalerona son un paso y mirador privilegiado para empaparse del ambiente de Gijón y entender lo que significa para esa ciudad.

Pues en ese lugar se encontraban nuestros compañeros Pascual y María Rosa en la tarde del pasado lunes cuando un nadador, con un traje de neopreno salió del mar y se desplomó al pie de la Escalerona.

Inmediatamente le atendieron los socorristas que había en ese mismo punto, acudiendo de inmediato un bombero  y una patinadora, médico cardióloga, ambos paseantes, y los sanitarios de una ambulancia así como policías que acordonaron la zona más próxima.

Fueron unos 40 minutos de reanimación cardíaca con una tensión en el ambiente estremecedora y cuando pensábamos que pasaría como en una película de final feliz, el duelo se apoderó de todos los presentes cuando tuvieron que parar con la reanimación y cubrir el cuerpo con las mantas isotérmicas hasta la llegada de la autoridad judicial, forense y servicios funerarios.

Ese momento, en que solo quedó la policía rodeando el cuerpo "dorado" nunca se nos borrará de la mente cuando volvamos a pasar por la Escalerona, cosa que hicimos al día siguiente, puesto que nos pareció absolutamente descartable tomar fotos del momento, para volver a rendir homenaje al fallecido, y repetir nuestras oraciones, en nombre propio y de La Décima. 

Después hemos sabido que tenía 53 años, en buena forma física, apasionado del buceo, y que era una persona muy conocida y querida en un amplio sector de la sociedad gijonesa.

De nuevo nuestras oraciones y pésame a todos sus familiares y amigos, así como reconocimiento a quienes le socorrieron de forma ejemplar e inmediata y que transcurridos más de 40 minutos, todavía se resistían a abandonar.

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