domingo, 23 de octubre de 2022

TCHAIKOVSKY Y SU PATÉTICA.

Cuando algunos de nuestros compañeros ya se han adelantado para disfrutar de Águilas unos días antes del Concierto del próximo día 28, podemos ya adelantar que solo un gran cariño e interés en la programación puede explicar que ProMúsica Águilas, tras ofrecer la pasada temporada la Quinta Sinfonía de Tchaikovsky haya querido comenzar el presente Ciclo Sinfónico con la Sexta Sinfonóia "Patética".

Ambas sinfonías reflejan de forma detallada los momentos más significativos de la biografía de Tchaikovsky, quien detrás de sus éxitos vivió toda su vida atormentado por su homosexualidad, en un pais como Rusia donde era ilegal, lo que le llevó a crisis permanentes y depresión.

Tchaikovsky, para intentar disimularlo socialmente,  se casó con Antonina Milyukova en 1877, pero le dijo a su esposa que no la amaba, aunque sería su amigo devoto. 
No es sorprendente que el matrimonio terminara desastrosamente después de apenas nueve semanas, lo que llevó a Tchaikovsky a un colapso nervioso, pero que lo ayudó a aceptar su homosexualidad y dejar de atormentarse.
Y fueron esos momentos, entra la quinta y la sexta sinfonía cuando lo admite y resigna, si bien no publicamente aunque lo expresó en su propia música, que utilizó también para su liberación.
Su sexta sinfonía, que dedicó a un íntimo amigo, era un presagio de su muerte, rodeada de cierto misterio hasta que en 1920, el médico que le atendió entonces, reconoció que había sido un suicidio. 
La Sinfonía comienza con las notas tristes que nos dejó la Quinta con angustia y lamentos, hasta que en el mismo primer movimiento, la orquesta en un magnífico y fortísimo "Tutti" comienza a luchar contra sus propios demonios y el final del cuarto movimiento lo hace con un léntísimo y triste Adagio, presagio del propio final de su vida y que confiamos sea respetado por el público, a veces muy precipitado con los aplausos o quizás en este caso, todo lo contrario. 
Un gran Concierto, dentro de un magnífico programa, completado con Beethoven y Manos Kitsikopoulos.


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