miércoles, 14 de julio de 2021

TOMA DE LA BASTILLA

El 14 de julio de 1789, el pueblo de París, movilizado en apoyo a la Asamblea Nacional, tomó por asalto la Bastilla y luego la destruyó. Se trataba de una vieja fortaleza construida como defensa de la parte oriental de la ciudad. Convertida en prisión de condenados políticos desde los tiempos del cardenal Richelieu, representaba un símbolo del absolutismo. Además, almacenaba grano y pólvora, circunstancia que la gente aprovechó para saquear, pues la cosecha del año anterior había sido desastrosa y los tributos se habían incrementado. 
El 30 de junio una multitud había acudido a la abadía de Saint-Germain-des-Prés, donde estaban encarcelados varios guardias franceses acusados de indisciplina, para liberarlos. 
La tensión era extrema y existía el temor a que tropas extranjeras cercanas a los intereses de la familia real y de la nobleza intentasen algún ataque contra París. 
La población, intimidada y desinformada, se vio sorprendida por la noticia del cese de Necker por el rey el día anterior, y lo consideró prueba inequívoca de la existencia de un complot aristocrático.

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