sábado, 13 de mayo de 2017

A PROPÓSITO DE NUESTRA VISITA A LAS FF.AA.

Publicamos nota personal enviada por nuestro compañero Pascual.

Hay muchas cosas que admiro de nuestros Ejércitos, sin que se nos pueda venir a la cabeza nada negativo, pero hay algo que me provoca, más que admiración, casi envidia, y que quisiera compartir con todos, pues todos en algún momento de nuestro recorrido por La Décima hemos sido testigos de ello.
Practicamente todos nosotros, con la honrosa excepción que conocemos, procedemos laboralmente de la empresa civil,  pública o privada.
A todos nos ha llegado el momento de nuestra jubilación, y aunque muchos hayamos desempeñado cargos directivos importantes en nuestras antiguas empresas,
¿Que queda tras nuestra jubilación?
¿Que reconocimiento más allá de las amistades personales que hayamos podido dejar?.
Que cada uno haga un examen detenido de su situación.
Ayer, una vez más, fuimos testigos de como tratan las FF.AA. a aquellos de sus componentes que han pasado a la reserva.
Nuestro compañero Miguel Simón, sigue siendo el General Simón y es tratado con todos los honores que le correspondían en su etapa laboral.
Son solo unos pensamientos que hemos querido compartir con todos, de la grandeza de las Fuerzas Armadas.
Que cada uno lo compare con su situación personal y, si le parece bien, que saque sus consecuencias.
Lamentablemente, carecemos de imágenes de la guardia de honor esperándonos a nuestra llegada a la UME para que Miguel revisara las tropas, pero fue una imagen muy elocuente de cuanto me permito expresar.

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