A partir de una experiencia personal marcada por la violencia —una agresión brutal que sufrió siendo niño—, Arriaga revisita la forma en que canalizó durante años su deseo de revancha y cómo, finalmente, eligió un camino distinto.
El relato no solo expone una historia impactante, sino que se convierte en una profunda meditación sobre la importancia de los vínculos afectivos y la contención emocional.
Arriaga explica que fue precisamente el tener un hogar amoroso, padres presentes y un entorno de confianza lo que evitó que su historia terminara de forma trágica.
La diferencia entre su destino y el de un recluso que sí llevó a cabo una venganza similar, nos enfrenta a una pregunta crucial: ¿qué nos protege del odio?
Y al escuchar la palabra "Venganza", cualquier aficionado a la ópera piensa en Rigoletto y su famosa "Si, Vendetta tremenda Vendetta" y logicamente con la presencia irrpetible del gran Leo Nucci, acompañado aquí por Inva Mula.
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