Hace unos sábados estaba cubierta de tierra, me dolía la espalda, el grito de un trillón de cigarras resonaba en mis oídos y, a pesar de mis esfuerzos, sentía que el sol ya estaba quemando la parte trasera de mi cuello. Estaba en el paraíso.
Palear el mantillo, arrancar las malas hierbas y cargar con un regador pueden considerarse actividades físicas de intensidad moderada. Y las personas que practican la jardinería tienden a registrar niveles más altos de actividad física en general, en comparación con las que no lo hacen.
Sobre personas mayores descubrió que, en comparación con quienes no hacían ejercicio, quienes practicaban la jardinería como una de sus principales actividades físicas tenían tasas más bajas de infarto de miocardio, ictus, diabetes, colesterol alto e hipertensión.
Algunos estudios indican que trabajar en un jardín reduce los niveles de ansiedad y depresión; otras investigaciones han descubierto un aumento de la confianza y la autoestima entre quienes cuidan plantas. En un pequeño estudio, pasar 30 minutos trabajando en el jardín redujo los niveles de cortisol, la hormona del estrés.
Y también sirve, como nos decía Violeta Parra, para olvidar amores perdidos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario