Considerado un maestro de la orquestación, sus obras orquestales más conocidas —el Capricho español, la Obertura de la gran Pascua rusa y la suite sinfónica Scheherezade— son valoradas entre las principales del repertorio de música clásica, así como las suites y fragmentos de alguna de sus quince óperas. Scheherezade es un ejemplo de su empleo frecuente de los cuentos de hadas y temas populares.
La obra consta de una parte muy destacada a cargo de un violín solista, hasta el punto de que originalmente estaba concebida como una fantasía para violín y orquesta. Posteriormente, el compositor incorporó otros instrumentos solistas.
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