Quien haya podido visitar Tierra Santa y haya podido acercarse al monte Tabor, se habrá encontrado con un paraje que invita al encuentro con Dios y con una basílica en la que están muy presentes esas dos figuras que son centrales en este relato, me refiero a Moisés y Elías.
El encuentro de Jesús con Elías y Moisés, en este segundo domingo de cuaresma, nos invita a mirar a Jesús como el Hijo de Dios, como aquel que trae la ley definitiva y es lugar de encuentro de Dios con el ser humano.
Nos invita, igualmente, a hacer presente a Dios con nuestra vida, denunciando todo los que nos separa de Él y de los demás y anunciando caminos de vida y dignidad. (Dominicos Fray Javier Aguilera Fierro O.P.
Convento de Santo Tomás (Sevilla)
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