Su primer profesor de música fue Norberto Almandoz, organista y maestro de capilla de la Catedral de Sevilla. Las enseñanzas de este compositor vasco, que había estudiado en París y conocía la música contemporánea, fueron una gran influencia para Manuel Castillo, como él mismo reconoció en los últimos años de su vida.
Su primera aparición pública tuvo lugar el 16 de octubre de 1949, en un acto organizado por el Conservatorio de Música de Sevilla en conmemoración del centenario de la muerte de Chopin.
Su vocación religiosa lo impulsó a ingresar en el seminario en 1956, ejerciendo el sacerdocio hasta 1970. En los años 1959 y 1990 fue Premio Nacional de Música. En 1988 fue nombrado Hijo Predilecto de Andalucía. En 1989, fue nombrado académico correspondiente de la Real Academia de Bellas Artes de Nuestra Señora de las Angustias de Granada.
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