Hoy, están regresando a su región histórica en el sudeste del país. Entre ellos hay una religiosa que quiere revitalizar el pueblo de su infancia.
La monja sirio-ortodoxa Hatune Dogan nació en 1970 en İzbırak, o Zaz en arameo, un pueblo situado en el sudeste de Turquía. Por aquel entonces, vivían en la localidad 270 familias de esa confesión, pero todas se vieron obligadas a huir. La hermana Hatune, sus padres y nueve hermanos tuvieron que abandonar su hogar a mediados de los 80. En las décadas de 1980 y 1990, las milicias kurdas del PKK y el ejército turco se enfrentaron en el sudeste de Turquía. Los cristianos quedaron atrapados entre dos fuegos.
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