Furtwängler nació en Berlín, en el seno de una eminente familia de intelectuales y científicos originaria de la Selva Negra.
Furtwängler tenía una técnica de dirección única. Los vídeos muestran sus movimientos torpes y desgarbados como si fuese un médium en trance. Sus gestos parecen tener poca relación con el ritmo musical, mientras que sus movimientos físicos fueron descritos como el de un "títere en una cuerda" por uno de los músicos de la orquesta.
Pese a esto, o quizás gracias a esto, por su estilo no ortodoxo, los músicos quedaban hipnotizados por su dirección.
Son célebres sus lecturas de Beethoven, Brahms, Bruckner y Wagner.
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