Toda nuestra generación conocemos perfectamente el cambio experimentado en Sevilla a consecuencia de la Expo 92, al igual que anteriores lo hicieron con la Hispano Americana del 1927
D. Ignacio Motaño (ponente). Jesús García (Pres. de Ascuas) |
El ponente, nacido en Alcalá del Rio, en el 1936, y "con dos días de republicano" (nos dijo con humor) supo transmitirnos y desde su punto de vista profesional lo que supuso la creación, desarrollo y puesta en marcha de un proyecto tan ambicioso, comenzando por donde ubicar la sede, reuniones, viajes para tomar las experiencias anteriores de otras exposiciones, de las que solo se habían realizado tres desde la Segunda Guerra Mundial.
Conseguir vender ese Sueño con la ardua tarea de conseguir patrocinadores, cuando una gran mayoría desconfiaban del proyecto.
Nos ha hablado de los grandes beneficios que la Expo trajo a Sevilla, con ese AVE, cuando nadie tenía noción de ello ni lo que representaría, produciendo incluso la envidia de otras ciudades. Las Autovías, como la 92, atravesando Andalucía, la 49, enlazando con Huelva y otras muchas vías de comunicación.
A la Expo concurrieron 112 países, cuando el máximo histórico estaba en 70 y acudieron las personas de mayor relevancia en todos el mundo en todos los sectores, recordando nosotros, como aficionados a la Música, que pasaron las mejores Orquestas Sinfónicas y Directores del Mundo, en algo imposible de repetir.
Quizás la mayor satisfacción fue que Sevilla miró por fin a su rio, que hasta entonces había permanecido oculto, y el hecho de que incluso a los sevillanos nos animó a viajar conocer otras ciudades, ya que lo habitual era (y sigue siéndolo)
¿Para que voy a ir a ningún sitio cuando no hay nada en el mundo mejor que Sevilla?.
¿O quizás era lo contrario y verificar que hay otros sitios más bellos y desilusionarse?
Lo cierto es que la Expo sirvió para dejarnos una Sevilla aún más bella y hermosa.
Nota: Felicitación a nuestra Asociación hermana de Ascuas y agradecimiento a nuestros compañeros Mento Vega por las notas de texto y Miguel Simón por las fotos.
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