viernes, 12 de mayo de 2023

UN CONCIERTO "FELIZ".

Ayer, tuvimos que decidir entre acudir al Concierto de Primavera en la Cátedra General Castaños y el de la OSC en el Salón de Actos de Ingenieros, y cada uno lo hizo según sus situaciones y criterios personales.


Mientras escuchábamos el Concierto de la OSC y veíamos los rostros de los jóvenes interpretes y su comunión con el público, pensamos en una palabra " FELICIDAD".


Quizás algunos olviden y muchos lectores lo desconozcan que la OSC es una apuesta conjunta de la Universidad de Sevilla y el Conservatorio Superior de Música, y que todos los años, e incluso varias veces en la misma temporada, la orquesta se renueva, habiendo pasado ya por la misma en sus 11 años de funcionamiento, más de 1.500 alumnos en su plantilla, y a pesar de todo y con el gran esfuerzo de su director en todo este tiempo, el maestro Juan García Rodriguez, su calidad no se resiente sino que ha ido creciendo de forma constante y abordando cada vez proyectos más ambiciosos, con puntos programáticos en común cada temporada, habiendo sido en la presente el fluir de las corrientes hacia America, y con compositores de aquel lado del Atlántico como Brower y Ginastera.


Somos conscientes, además, del gran reto que supone para el CICUS y sus responsables montar el puzle en el que se convierte cada concierto, con la búsqueda de espacios para ensayos, cesión de material, desde instrumentos hasta las propias sillas, movilización de todo ello, y encontrando apoyos en entidades como la Asociación Sevillana de Jazz, la Orquesta Joven de Andalucía o de la Fundación Berenboim.


¿Sabiendo todo esto, como no vamos a estar tanto los espectadores como los jóvenes músicos FELICES, de verlo todo ensamblado en la Sala de Conciertos? 


Ayer, había unos 80 músicos el en escenario para abordar un programa cuya primera parte, hemos de confesar que nos impresionó de forma extraordinaria, y cuya existencia desconocíamos, del compositor belga Guillaume Lekeu, fallecido justo el día en que cumplía 24 años y siendo, a pesar de ello, un símbolo del movimiento simbolista y con un Adagio para Cuarteto y Orquesta de Cuerdas que nos hizo soñar y hasta levitar emocionalmente.


Junto a él, un reconocible Brahms con la Serenata para Orquesta, con la entrada de los vientos madera y metales en el escenario e incorporándose a las Cuerdas.

Se puede acceder a una amplia Galería de Fotos de nuestro compañero Pascual, y cedidas al CICUS. PULSANDO AQUÍ

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