Hoy, Jueves Santo es un día para escuchar uno de los Stabat Mater compuestos para rememorar la situación de sufrimiento de María ante el sacrificio de su hijo.
De entre los grandes Stabat Mater que se nos ofrece, con grandes formaciones orquestales y vocales, hemos preferido en esta ocasión el de Scarlatti, más destinado al uso litúrgico y basado en la música polifónica del siglo XVI, sobre un texto del siglo XVIII.
Fue compuesto por encargo de una cofradía de aristócratas, los Cavalieri della Vergine dei Dolori, para su servicio anual de Cuaresma en la iglesia franciscana de San Luigi en Nápoles y fueron ellos mismos quienes en el año 1736 lo consideraron obsoleto para sus oficios de Jueves Santo, y sustituido por el famoso de Pergolessi
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