SENTIMIENTOS MUSICALES DESDE MURCIA

Nuestro compañero Pascual, quien junto a María Rosa se encuentran pasando unos días en su tierra, quieren compartir algunas de sus emociones, tanto en Murcia como en Águilas.

El pasado viernes, tuvieron ocasión de asistir a un Concierto excepcional en el Auditorio Victor Villegas de Murcia, como excepcional es que tres grandes pianistas coincidan en un mismo cartel con Beethoven, Mendelssohn y Brahms, y gracias a la colaboración entre la Orquesta Sinfónica de la Región de Murcia y Clamo Music, con sendos ganadores de sus Certámenes Internacionales, y que son dentro de la Región, un referente, con su director Chema Casanova como promotor musical pero por encima de todo, como un auténtico Mecenas para esos jóvenes que necesitan de una ayuda, tanto profesional como a veces, emocional para lanzar sus carreras. 

Beethoven compuso su Concierto número 2 para lucimiento propio, sin escatimar por tanto en ello ningún recurso, con pasajes de gran contraste pero predominando el drama por encima de todos ellos, algo a lo que se adaptó  de forma excepcional, el pianista Serbio Dusan Sretovic, verdadero ejemplo de superación personal y que con su música sirve de inspiración a muchas personas para remontar los momentos difíciles, y todo ello se reflejaba en su soberbia interpretación.

La entrada de Samira Spìegel en el escenario nos hizo pensar en la interpretación de alguna partitura para "hadas" al enfrentarse a ese tan bello como poco interpretado Concierto para piano num. 1 de Mendelssohn 

y un verdadero "hada" parecía Samira, al hacer que las notas sonaran simplemente pasando sus ágiles dedos sobre las teclas, sin apenas tocarlas y emocionarnos con un segundo movimiento "Andante"  verdaderamente ensoñador.

Alexander Sonderegeer, ya conocido de anteriores actuaciones en Murcia y Águilas no ha hecho más que incrementar su técnica artística en cada una de esas ocasiones y ahora aparecía para ese gran concierto de Brahms, logrando con el tercer movimiento "Andante" que recordáramos aquella apreciación de Brahms de que su Arte estaba dictado por Dios. 

 Aquel sentimiento pudimos sentirlo profundamente  mientras escuchábamos esa extraordinaria interpretación. 

Pero aún quedaban más emociones, como una primera propina con la interpretación a seis manos de la Marche Militar de Schubert.

Y la Traca Final, con el Liebeslieder Op. 52 de Bramhs con el que Samira nos demostró que es tan virtuosa con el violín como con el piano.

En definitiva: UN CONCIERTO DE LOS QUE DEJAN HUELLA EN LA MENTE DE CUALQUIER AFICIONADO Y TODO ELLO GRACIAS A ESOS VERDADEROS MECENAS QUE SON CLAMO Y CHEMA CASANOVA