martes, 27 de septiembre de 2022

¿SEVILLA SIN SEVILLANOS?



!Oh maravilla, 
Sevilla sin sevillanos, 
la gran Sevilla! 
Dadme una Sevilla vieja
 donde se dormía el tiempo, 
en palacios son jardines, 
bajo un azul de convento. 
Salud, oh sonrisa clara 
del sol en el limonero 
de mi rincón de Sevilla, 
!Oh alegre como un pandero. 
luna redonda y beata, 
sobre el tapial de mi huerto! 
Sevilla y su verde orilla, 
sin toreros ni gitanos, 
Sevilla sin sevillanos, 
!Oh maravilla!
En este poema de Machado, procedente de un cancionero apócrifo Sevilla no es de verdad: pertenece a la ensoñación poética y cumple la función de paraíso perdido para siempre, el irrecuperable paraíso de la niñez obsesivamente alimentado hasta el final...».(Rogelio Reyes en la Real Academia sevillana de las Buenas Letras en su conferencia de Febrero 2014)
Lo que sí es de verdad es que poco a poco, los sevillanos estamos siendo expulsados de Sevilla, con la proliferación de pisos turísticos, cuyo alquiler da mayor rendimiento a sus propietarios,  barrios convertidos en decorados para turistas, algunos ya consumados y otros en vía de hacerlo.
¿Que fue de aquel Barrio de Santa Cruz y aquella Plaza de Doña Elvira?
Incluso hay voces proponiendo en convertir a nuestra Rectorado en un espacio turístico, o expulsar a los militares de Capitanía, para tener un gran especio para recepciones turísticas de categoría.
Todavía, sevillanos que habitan en pleno centro de nuestra ciudad tienen que aguantar como toda la tarde del pasado sábado una batucada, ese ritmo repetitivo y acelerado de origen brasileño y procedencia africana (todo muy sevillano) se apoderaba desde la misma Plaza del Salvador y Plaza del Pan, del descanso de sus vecinos y todo en aras del Turismo. ¿Ese es el modelo de ciudad sostenible que queremos?.
Es evidente que necesitamos el Turismo, pero no hasta morir de sobredosis o de mala calidad. 
El verdadero reto para un alcalde no es vender macroproyectos, sino buscar un modelo de ciudad en el que nativos y turistas puedan compartir el mismo espacio sin merma de su autenticidad. (Luís Sánchez Moliní en Diario de Sevilla).

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