martes, 9 de agosto de 2022

HABLEMOS DE ANA NETREBKO, DE LA ARENA Y DE TURANDOT

En estos días se hace obligado hablar de Turandot por lo que supone el regreso a la Ópera de una de nuestras musas Ana Netrebko y que tras su paso por el Teatro Real de Madrid en un recital junto a su marido, el tenor Yusif Eyvazov y unas aisladas críticas de tipo personal por su inicial posicionamiento a la invasión de Ucrania está triunfando con su Voz, como ella se merece y que la han encumbrado al lugar que ocupa.

Ambos están interpretando Turandot en el impresionante marco de la Arena de Verona, donde también está triunfando Lisette Oropesa con La Traviata.

La crítica se ha rendido a esta excepcional Princesa de Hielo, vitoreada por el público, pero precisamente en estos momentos queremos exponer algunos pensamientos sobre Turandot y en especial con dos circinstancias.

Puccini le dio a una cantante, que en principio tendría que ser un papel secundario una de las más bellas arias de la lírica. Nos referimos logicamente a Liu, la fiel acompañante de Timur que prefiere morir antes que desvelar el nombre del principe Calaf y nos resistimos a pensar que una muerte tan absurda, inutil e injusta pudiera ser el fin pensado por Puccini, quien realmente lo manejaba entre varias opciones posibles para el personaje de Liu, y que Franco Alfano, quien teminó la obra por decisión del hijo de Puccini, ya que éste había elegido a otro compositor para ello, antes de morir, consideró la opción más adecuada y que provoca grandes sentimientos entre los espectadores.

Por otra parte pensamos que la parte más famosa y popular, el Nessum Dorma fue obra de Alfano y no de Puccini, quien no sabemos que hubiese compuesto para ese momento y lo que motivó que en su estreno en la Scala de Milán, en la mitad del acto tercero, dos compases después de las palabras "Liú, poesía!", la orquesta se detuvo, Toscanini bajó la batuta, se volvió al público y dijo "Qui il Maestro finí" ("Aquí terminó el maestro"). El telón descendió lentamente.

Y para ilustrar ese Nessum Norma, recuriremos a quien lo convirtió en su verdadero caballo de batalla, y a nuestro parecer, el interprete ideal: Luciano Pavarotti.

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