lunes, 25 de julio de 2022

SANTIAGO Y CIERRA ESPAÑA

Todos los de nuestra generación recordamos cuando hoy era día Festivo en España, que en aquella época no era más que Una.
Pero volvamos con Santiago.
¡Santiago y cierra, España! es un lema perteneciente a la tradición cultural española, inspirado en un grito de guerra pronunciado por las tropas cristianas durante la Reconquista, en batallas como la de Navas de Tolosa y las españolas del Imperio y de época moderna antes de cada carga en ofensiva. 
Quienes éramos habituales lectores de cuentos de nuestra época (todavía no se llamaban comics), recordaremos que ese era el grito que lanzaban El Guerrero del Antifaz y El Capitán Trueno, héroes de nuestra infancia así como en las aventuras del Capitán Alatriste. 
Santiago Matamoros es el nombre que popularmente se da a la representación iconográfica del apóstol Santiago el Mayor cuando se le representa como caballero en combate tal como se le describe en las crónicas medievales, según las cuales intervino milagrosamente en favor de los cristianos contra los musulmanes durante la Batalla de Clavijo, supuestamente el 23 de mayo del año 844.

“Así como cuenta la Historia, fue que los moros supieron que había muerto el rey don Alfonso el Casto, que era rey muy esforzado y fuerte y aventurado en batallas, y mucho los había quebrantado con lides y correrías. Y supieron los moros que en su lugar reinaba el rey don Ramiro, y pensaron que éste les tendría miedo, porque era el poder de los moros muy grande en España, y que, teniéndoles miedo, les daría lo que los moros pidiesen para que no hubiera guerra y le dejasen en paz. 
Y así los moros pidieron a Ramiro que cada año les diese cincuenta doncellas de las más hidalgas para casarlas, y otras cincuenta del pueblo para solaz y deleite de los moros. 
Y que estas cien doncellas fueran todas vírgenes.” -Alfonso X 'Primera Crónica General' "Y estando yo durmiendo, se dignó aparecérseme, en figura corporal, el bienaventurado Santiago, protector de los españoles; y como yo, admirado de lo que veía, le preguntase ¿quién era?, me aseguró ser el bienaventurado apóstol de Dios, Santiago. 
Poseído yo entonces de mayor asombro, que en modo extraordinario me produjeron tales palabras, el bienaventurado apóstol me dijo: 
¿Acaso no sabías que mi Señor Jesucristo, distribuyendo las otras provincias del mundo a mis hermanos, los otros apóstoles, confió por suerte a mi tutela toda España y la puso bajo mi protección?.
Recordemos también en el día de hoy al Arma de Artilleria de nuestros Ejercitos, de quien Santiago es su Patrón.

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