EL PADRE LEONARDO CONTINÚA SU LARGO CAMINO HACIA LOS ALTARES

Amigo de todos y enemigo de nadie, vivió de milagro, con una fe en Dios tan contagiosa que al tratarlo te hacía sentirte más bueno. 

Seguro que somos muchos los sevillanos tanto de la capital como de la propia provincia y la gaditana, al ser natural de Algar,  quienes hemos acogido  con gran alegría la aprobación, por parte del Arzobispo de Sevilla, para iniciar los trámites de beatificación del Padre Leonardo Castillo, sacerdote sevillano, canónigo, delegado de Cáritas diocesanas, capellán de la cárcel, cura de los toreros, cura de Cazalla de la Sierra durante muchos años y creador de su Escuela Profesional, director también de la Escuela Profesional «Marcelo Spínola» en el palacio arzobispal de verano de Umbrete, director de la Residencia Universitaria de San Telmo, cura «apagafuegos» de Carrión de los Céspedes y de la O de Sevilla, Sevillano del Año 1973, Gran Cruz de Beneficencia, Hijo predilecto de Algar, su pueblo, y adoptivo de Cazalla de la Sierra y de Carrión de los Céspedes

Para quienes hemos tenido la gran fortuna de conocerle en vida, siempre hemos estado seguros de que nos encontrábamos ante un verdadero santo, santidad que desprendía con su mera presencia, charlando, tomando un café o en cualquier circunstancia, y como tal santo, ha sido objeto de nuestras plegarias de intermediación en momento difíciles.

Costaleros en peregrinación anual a Lourdes con enfermos e impedidos.

Nuestras felicitaciones a sus familiares, representado por nuestro amigo Juan Reguera y a todos los miembros del patronato de la Fundación Padre Leonardo Costaleros por un Cristo Vivo, recordando en estos momentos a una costalera  tan querida por nosotros como Concha Mejías, que ha luchado mucho mientras vivió para llegar al punto en que ahora nos encontramos de inicio de ese camino de beatificación.