Nos hemos referido en nota aparte al Coro a Bocca Chiusa, y sobre el mismo, queremos hacer alguna anotación.
El director de escena de la producción que se está representando en Sevilla, y dentro de la mesa redonda, dio sus explicaciones sobre las decisiones tomadas para el momento de ese impresionante Coro, así como también, motivos por lo que se permitió la licencia de adelantar en unos años, la futura destrucción de Nagasaki.
En ese momento, el moderador y presidente de la ASAO, nuestro amigo Ignacio Trujillo, pronunció unas reflexiones sobre ese gran momento de la ópera, que ha tenido la gentileza de enviarnos para publicación en nuestro Blog.
El coro de la tristeza y la melancolía.
El coro mudo de las bocas cerradas lo hago resonar ahora como homenaje a las victimas inocentes, a la Juventud Herida, a la Infancia Rota.
Despojada de
ilusiones de siempre y de hoy,
A los niños
vendidos de ojos rasgados y atónitos antes el turista ávido de placeres prohibidos.
Para ellos
que no tienen voz, la Música de las bocas cerradas.
No parece
sino aquí, que Puccini, sintetiza la pena sin nombre de miles de heridas
abiertas que manan mansamente sin consuelo ni bálsamo, ni remedio.
¿Por qué no?
Es el llanto
misterioso, premonitorio que se extenderá 40 años más tarde sobre Nagasaki,
El llanto silencioso
del día después de la desolación,
Donde cantan
sobre las ruinas las almas que no tuvieron tiempo de gritar.
El coro
manso de lluvia perenne como queja cansada y Anhelo de Esperanza.
(Ignacio Trujillo)
Precioso el coro a boca cerrada. Una maravilla
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