Nos referimos a la Fantasía Coral, una de las obras más singulares de Beethoven.
Se estrenó el 22 de diciembre de 1808, en un maratoniano concierto que fue la última aparición pública de Beethoven como solista, e incluyó además el estreno de la Quinta y la Sexta sinfonías, el Concierto para piano nº 4 Op. 58, el aria Ah, pérfido! y tres movimientos de la Misa latina en sol bemol Op. 86.
La pieza completa fue escrita en muy poco tiempo; pero la introducción, solo de piano, no estaba todavía en papel para el estreno, sino que Beethoven la improvisó.
La Fantasía comienza con una introducción de 26 compases lenta pero virtuosa para piano, que modula de Do menor a Do mayor y regresa a la primera
Antes de comenzar, el maestro olvidó decirle al coro que se saltara la segunda repetición —para ahorrar tiempo y porque, como la tinta todavía estaba fresca, no se sentía seguro de la obra—; pero, llegado el momento, siguió tocando. Reconoció que el error había sido suyo y empezaron de nuevo, desde el principio. Del extenuante concierto, ésta es solo una anécdota famosa. El concierto de estreno debió ser algo desastroso; de acuerdo con el secretario del compositor, Anton Felix Schindler, "fracasó, simplemente", un resultado atribuible al poco ensayo.
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