martes, 22 de junio de 2021

INICIO DE LA OPERACIÓN BARBARROJA Y LA SINFONÍA 7 DE SHOSTAKOVICH

El pacto de amistad y cooperación entre la Unión Soviética y Alemania, vigente desde agosto de 1939, no frenó los intereses expansionistas del Reich sobre los territorios del este. 
La operación de invasión de la Unión Soviética debía comenzar en noviembre de 1940, pero el fracaso de los italianos en Grecia obligó a acelerar la conquista de los Balcanes.
En la madrugada del 22 de junio de 1941, tres ejércitos cruzaron la frontera en dirección a Leningrado, Moscú y Stalingrado. 
Junto a los alemanes iban tropas rumanas, húngaras, eslovacas, italianas y finlandesas a las que se unieron, más tarde, voluntarios belgas, franceses, croatas y españoles, iniciando la Operación Barbarroja.
Las maniobras alemanas hicieron miles de prisioneros soviéticos, pero su avance se frenó lentamente ante un espacio inacabable, cruzado por escasas carreteras. Julio fue lluvioso y el territorio se enfangó, lo que hizo que los camiones se atascaran, mientras las carreteras y los pasos de los ríos que contaban con plataformas de madera —si no habían sido voladas por los rusos— no resistían el peso de un tanque. El río Beresina abortó definitivamente la operación.
Nunca se pudo explicar mejor la situación que sufrió Leningrado, bombardeada por los obuses alemanes, que mediante la música de Shostakovich en su Sinfonía nº 7 "Leningrado".
Esta sinfonía tiene una historia que es una verdadera gesta.
La obra fue estrenada en Kúibyshev, la capital temporal de la Unión Soviética durante la batalla de Moscú. Finalmente, el 9 de agosto de 1942 se interpretó en el recinto de la Orquesta Filarmónica en Leningrado, durante el peor momento del cerco a la ciudad. Fue necesaria una muy meticulosa contra preparación de artillería para evitar un ataque directo al teatro, donde se encontraba presente la plana mayor del Ejército Rojo, el Partido Comunista y el gobierno soviético de la ciudad; además se transmitió por radio a todo el pueblo, lo que implicó que también la escucharan los alemanes, quienes intentaron detener la interpretación cañoneando el teatro, sin lograrlo.

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