El 19 de noviembre de 1828 fallece en Viena Franz Shubert, compositor austriaco de los principios del Romanticismo musical pero, a la vez, también continuador de la sonata clásica siguiendo el modelo de Ludwig van Beethoven.
A pesar de su corta vida, dejó un gran legado, que incluye más de 600 obras vocales seculares, siete sinfonías completas, música sacra, óperas, música incidental y gran cantidad de obras para piano y música de cámara.
En 1808, a la edad de once años, se convirtió en alumno en la escuela Stadtkonvikt, donde conoció la música orquestal de Joseph Haydn, Wolfgang Amadeus Mozart y Ludwig van Beethoven. Abandonó el Stadtkonvikt a finales de 1813 y regresó a su hogar para vivir con su padre, donde comenzó a estudiar para convertirse en maestro de escuela.
La valoración de la música de Schubert mientras estaba vivo se limitó a un círculo relativamente pequeño de admiradores en Viena, pero el interés en su obra aumentó significativamente en las décadas posteriores a su muerte.
Felix Mendelssohn, Robert Schumann, Franz Liszt, Johannes Brahms y otros compositores del siglo xix descubrieron y defendieron sus obras. Hoy, Schubert está clasificado entre los mejores compositores de música clásica occidental y su música sigue siendo popular.
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