Hoy es un magnífico día, en el que muchas de nuestras amigas fueron bautizadas bajo la advocación de Santa Teresa de Jesús, una mujer antes de ser Santa, que tuvo muchos desencuentros durante su estancia en Sevilla, entonces la ciudad más poblada quizás del mundo, y también sucia y nada acogedora y su estancia entre los sevillanos casi se convirtió en una película de terror, chocando incluso con el propio arzobispo, poco propenso a escuchar sus peticiones, que nunca habrían salido adelante de no ser por la perseverancia de la Santa, teniendo que luchar además contra monjes, sacerdotes, prioras, la inquisición y lo que para era lo peor: La Calor.
No es extraño que al marcharse dijera aquello, cierto o no, de: A Dios pongo por testigo que nunca volveré a pisar esta ciudad.
Estamos convencidos de que para ella, el famoso Color de Sevilla, sería de un negro carbón.
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En cualquier caso, en nombre de los sevillanos de la época, le pedimos perdón por tantas calamidades como pasó en nuestra tierra, y para ello utilizaremos algo que seguro será del agrado de algunas de nuestras compañeras TERESAS, como a Tere Lanza.
Muchísimas gracias, aunque con este dichoso virus, nada es igual que otros años
ResponderEliminarBesos
Teresa l