lunes, 31 de agosto de 2020

PASCUAL REPORTÁNDOSE DESDE SEVILLA CON EL CORAZÓN EN ÁGUILAS

Nuestro compañero Pascual, quien ha permanecido en Sevilla durante todo el verano, no puede evitar enviarnos algunas Perlas desde donde reside su corazón: ÁGUILAS

El Castillo de San Juan de las Águilas tiene uno casi gemelo, el de San Juan de los Terreros, que por mar casi se puede tocar, pero que, según dicen los "papeles" pertenece ya a la Comunidad Andaluza, y concretamente al municipio de Pulpí.
Desde Águilas se divisa Terreros y desde allí se goza de una extraordinaria vista general de Águilas.
¿Y por qué hablo de Terreros?


No voy a insistir más en lo que ha supuesto la cancelación de los Conciertos del Castillo, ni si realmente se han tenido en cuenta todas las posibilidades para haberlos podido llevar a cabo, sin bien tengo que entender que todas las partes lo han hecho con la mejor voluntad del bien común, a pesar de las críticas constantes sobre otras aglomeraciones humanas en lugares de ocio nocturno,  bien por ausencia de control o incluso consentidas, según se ha denunciado en las redes sociales.
No he sido testigo de nada de ello y por tanto ahí lo dejo ahí para que cada uno con mayor información saque sus conclusiones.
Lo cierto es que Terreros ha querido tener su propio Concierto en su atalaya y lo ha llevado a cabo.
Mi hijo y nieta, habituales a los Conciertos del Castillo desde su inicio, han tenido la curiosidad de asistir a ese Concierto.
Me aseguran que había un estricto control en cuanto a distancia social, gel alcohólico por todas partes, ningún descuido en el uso de la mascarilla, presencia policial que les ha llamado la atención, ya que ésta nunca se había visto en los de Águilas, ni para poner orden en el caos habitual en el acceso.

La música, magnífica tanto en repertorio como en los ejecutantes.
A modo de documento, y a pesar del problema de ubicación, me remiten un fragmento en el que Debussy con su Claro de Luna intenta conquistarla, pero ésta parece que miraba hacia el Castillo de Águilas y  pensaba ¿Y por qué allí no?
No podemos contestar a esa Luna curiosilla, caprichosa y veleidosa, tanto que incluso cambia de Cara como representación de lo mudable. Y, si bien hayamos pisado su superficie, no conoce en absoluto al genero humano, tan veleidoso como ella misma.
Y, por supuesto, mi felicitación y agradecimiento al Ayuntamiento de Pulpí por esta admirable y valiente, si bien nada arriesgada,  iniciativa.

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