Tras el reconocimiento de Felipe de Anjou como legítimo titular del Reino de Sevilla, jurado por el Cabildo y Nobleza.
Fueron momentos de una gran ilusión por recuperar el esplendor de años atrás, pero la cuesta abajo era ya imparable.Sevilla vivió el Siglo de la Ilustración entre pocas luces y muchas sombras.
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