Después de ello, hemos recibido nota de Luciano indicando que aquella fue la mejor noche de Sevilla de Ópera, justo en unos momentos en que se está convirtiendo en una verdadera figura, que ya lo era para todos nosotros.
Asímismo, en las redes sociales todavía vivas de Sevilla de Ópera, Paco Oliva, su Co-Propietario y Director Gerente, indica que fue uno de los grandes momentos en la historia de aquel Gran Proyecto, que confiamos vuelva cuando las circunstancias lo propicien.
Coincidieron grandes cosas aquella noche y modestamente pensamos que la presencia de La Décima también tuvo un papel en ello, QUIZÁS FUE UNA CUESTIÓN DE LA PROVIDENCIA.
Recordemos todo lo que sucedío.
Nuestros compañeros Mento y Pascual, obteniendo los fondos de diversas fuentes, nos invitaron a todos los componentes de La Décima a una Cena Espectáculo como preámbulo de la Navidad.
Sevilla de Ópera reservó su local esa noche, exclusivamente para nosotros, y los invitados fueron llegando y ocupando sus asientos.
La cena, con un Menú especialmente concebido para la ocasión se serviría en el entreacto de las actuaciones. Lo importante era la Ópera y no la Cena, a pesar de la excelencia de la misma.
Entre los comensales, e invitado por Sevilla de Ópera, se encontraba Carlos Álvarez, uno de los mayores barítonos del panorama internacional, quien se prestó a participar en una "broma" con esa gentileza generosidad y forma de ser que le caracteriza, de forma que cuando la soprano entraba para entonar La ci daren la mano, Luciano se escabulló y apareció Carlos, para sorpresa de la soprano que nunca se podía esperar esa situación.
Todo hacía presagiar que esa iba a ser una Gran Noche, y ya solo viendo y escuchando a Luciano Miotto se podía intuir en el ambiente que sería así.
Fue una noche llena se sorpresas, buenos amigos y buena música, sería bueno retomar esas buenas contumbres.
ResponderEliminarElena, desde Pechón
Sí que lo fue, y eso la convirtió en excepcional.
ResponderEliminarGracias.