domingo, 27 de octubre de 2019

LAS HOJAS MUERTAS SON PARA EL OTOÑO. EL PRINCIPIO Y EL FIN

¡Oh! Me gustaría tanto que recordaras / los días felices en que éramos amigos/ Por aquel entonces la vida era más bella/ Y el sol,más brillante que hoy en día/ Las hojas muertas se amontonan a raudales/ Ves, no he olvidado... .............. Las hojas muertas se amontonan a raudales/ Los recuerdos y la añoranza también/ Y el viento del norte los lleva/ A la fría noche del olvido/ Ves, no he olvidado/ La canción que tu me cantabas/ .......... Es una canción como nosotros,/ Tú, tu me amabas, yo te amaba/ Y vivíamos juntos/.........Tu me amabas, yo te amabas/ Pero la vida separa a quienes se aman/ Dulcemente, sin hacer ruido/ Y el Mar borra sobre la arena/ los pasos de los amantes desunidos 
Son muchas las versiones que durante el presente mes de Otoño hemos ofrecido de Las Hojas Muertas, pero para nosotros hay una que nos toca nuestras fibras más sensibles, y con ella terminamos este ciclo.
Lo que hace especial a esta canción no es solo la cantidad de versiones que de ella se han realizado sino la importancia que ha alcanzado como icono cultural más allá de sus estrictos valores musicales. Las Hojas Muertas fue compuesta en el año 1945 y de forma inmediata la popularizó uno de esos famosos franceses que no lo eran, puesto que Yves Montand nació en la Toscana Italiana.
Montand cantó y grabó esta canción muchas veces, pero en ninguna ocasión alteró tanto nuestros sentimientos como cuando la escuchamos hace muchos años en un antiguo LP de nuestra colección grabado directamente en el Olympia de Paris, y que ahora gracias a la informática podemos incluso verlo en imagen. 
Solo la voz de Montand ya es poesía y escucharlo no precisa traducción, puesto que sus palabras van directas al corazón.


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