martes, 17 de septiembre de 2019

SANTA HILDEGARDA VON BINDEN

El 16 de septiembre de 1098 nace en el Sacro Imperio Románico Germánico Hildegard von Bingen - abadesa, compositora, escritora, filósofa, mística, líder monacal, médica, polímata y profetisa alemana.1
Conocida también como la sibila del Rin y como la profetisa teutónica.
 Considerada una de las personalidades más influyentes, polifacéticas y fascinantes de la Baja Edad Media y de la historia de Occidente,​ es también de las figuras más ilustres del monacato femenino y quizás quien mejor ejemplificó el ideal benedictino,​ al estar dotada de una inteligencia y cultura fuera de lo común, comprometida con la reforma gregoriana y al ser una de las escritoras de mayor producción de su tiempo.
Además es considerada por muchos expertos como madre de la historia natural.
Aunque la historia de su canonización es compleja, diversas ramas de la Iglesia la han reconocido como santa durante siglos; el 7 de octubre de 2012, durante la misa de apertura de la XIII Asamblea general ordinaria del sínodo de los obispos, el papa Benedicto XVI le otorgó el título de doctora de la Iglesia junto a san Juan de Ávila.
En palabras de la filóloga Victoria Cirlot: «[...] atravesando el muro de los tiempos han quedado sus palabras, incluso su sonido, y las imágenes de sus visiones».
Siendo tantas las virtudes y sabiduría de Santa Hildegarda, la traemos a nuestro Blog por ser quizás la primera mujer que compuso música escrita, y de la que se tienen noticias. Hablamos del Siglo XI.
.... tras declararse dispuesta a obedecer las medidas impuestas y partiendo de una cita del salmo 150, Hildegarda explica que el canto es una manifestación del espíritu divino en el hombre, que con ello recuerda vagamente la bienaventuranza de Adán en el paraíso, quien participaba de la voz y el canto de los ángeles en alabanza a Dios. Los profetas, a quienes Dios les otorgaba una gracia extraordinaria habían compuesto cantos y creado instrumentos entreviendo el pasado beatífico de la humanidad. De hecho, los instrumentos musicales, al ser tocados con los dedos recordaban a Adán mismo creado por el «dedo de Dios». La alabanza a Dios dentro de la Iglesia tiene su origen en el Espíritu Santo y es conforme a la armonía celeste:74​ El cuerpo es verdadero vestido del espíritu, el cual posee una voz viviente, para que de esta manera el cuerpo con el alma, use su voz para cantar las alabanzas de Dios.
Junto a su Música, ofrecemos también una película sobre la vida de Santa Hildegarda


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