El 7 de julio de 1860 nace en Bohemia Gustav Mahler, compositor y director de orquesta austriaco, cuyas obras se consideran, junto con las de Richard Strauss, las más importantes del postromanticismo.
De entre su obra, cabe señalar sus nueve sinfonías terminadas (diez, si se incluyen los bosquejos de la Décima) y varios ciclos de canciones o lieder.
La revalorización de Mahler fue lenta, al igual que la de Anton Bruckner, y se vio retrasada a causa de su gran originalidad y del auge del nazismo en Alemania y Austria, pues su condición de judío catalogó a su obra como «degenerada» y «moderna».
Sólo al final de la Segunda Guerra Mundial y por la decidida labor de directores como Bruno Walter, Otto Klemperer y, más tarde, Bernard Haitink o Leonard Bernstein,1su música empezó a interpretarse con más frecuencia en el repertorio de las grandes orquestas, encontrándose entre los compositores más destacados en la historia de la música.
En este resurgir y conocimiento por el gran público no cabe duda que también tuvo una gran importancia la decisión de Visconti en el uso del Adagietto de la Quinta sinfonía en la película Muerte en Venecia-
La novena fue la última de las sinfonias que escribió antes de su muerte, lo que ayudó a amplificar la leyenda de la "maldición de la novena"
No obstante, y como homenaje a Mahler, hemos querido hacerlo con la sinfonía que nos ayudó a entender y penetrar en su música, la Sinfonía Resurrección, de la que ofrecemos sus 4º y 5º movimientos.
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