Muchos de nuestros compañeros, de quienes no se encuentran recorriendo la Ruta de la Seda, acudimos ayer al Teatro de la Maestranza, ante lo que prometía ser uno de los grandes conciertos de la ROSS en la presente temporada.
Junto a la magnifica obertura de Fausto y la Sinfonía nº 2 de Schuman, podemos asegurar que la gran triunfadora de la noche fue la pianista italiana Gloria Campaner, con una gran interpretación de un concierto tan exigente como el nº 2 de Rajmáninov, y de forma muy especial con la propina que nos regalo del Ensueño de Schuman, la escena nº 7 de las Escenas de la niñez:
Estudios sencillos para el piano forte de Schumann es una colección de trece piezas para piano escrita en 1838. Cada una de estas cortas piezas demuestra - a pesar de su aparente sencillez - la maestría en la escritura musical del compositor presente en cada una de sus notas.
Durante su interpretación, hasta la respiración se tomó un descanso entre un público realmente absorto ante tanta belleza.
Lamentablemente, y ya es muy repetido, el público no respondió con su presencia a un concierto tan extraordinario.
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