El 6 de marzo de 1853 se estrena en el Teatro La Fenice de Venecia, La Traviata.
El público se burló de la representación varias veces, y dirigió sus burlas a la soprano Fanny Salvini-Donatelli, que interpretaba a Violetta. Salvini-Donatelli, aunque una cantante aclamada, fue considerada demasiado vieja (a los 38), y además tenía sobrepeso, de manera que no encajaba con el papel dramático de Violetta Valéry, quien muere de tuberculosis.
Verdi había intentado convencer al gerente de La Fenice para dar el papel a una mujer joven, pero no lo consiguió.
A pesar de todo, el primer acto encontró el aplauso al final; en el segundo, sin embargo, el público empezó a volverse en contra de la representación, especialmente después de cantar el barítono (Felice Varesi) y el tenor (Lodovico Graziani). Al final de la ópera, el público rió a carcajadas en vez de apreciar el final trágico.
Un día después, Verdi escribió a su amigo Muzio (quizás, ahora, su carta más famosa): «La traviata, anoche un fracaso. ¿Fallo mío o de los cantantes? El tiempo lo dirá».
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