sábado, 8 de diciembre de 2018

FELIZ DÍA DE LA INMACULADA. EL MILAGRO DE EMPEL


En un día como hoy, los sevillanos también debemos sentirnos orgullosos de que nuestra ciudad fue la pionera en la defensa del concepto de Concepción Inmaculada de la Virgen María. 
Queremos felicitar a nuestras compañeras que hoy celebran su Onomástico, las queridas Concha Colado y Concha Martos, y cumpleaños de Elena, que ya se encuentra en Pechón para celebrar la Navidad.así como a Miguel Simón, a quien queremos hacer transmisor de nuestra felicitación y admiración hacia el Arma de Infantería, que también celebra el Día de su Patrona, en reconocimiento por su mediación milagrosa en Empel. 


Ocurrió los días 7 y 8 de diciembre de 1585 durante la Guerra de los Ochenta Años, en la que un Tercio del ejército español, el Tercio Viejo de Zamora, comandado por el maestre de campo Francisco Arias de Bobadilla, se enfrentó y derrotó en condiciones muy adversas a una flota de diez navíos de los rebeldes de los Estados Generales de los Países Bajos, bajo mando del almirante Felipe de Hohenlohe-Neuenstein. 
En España la tradición católica ha considerado que la victoria fue gracias a la intercesión de la Inmaculada Concepción y por ello la Concepción fue proclamada patrona de los Tercios españoles, actual Infantería Española y es fiesta nacional en España el día 8 de diciembre.
El jefe enemigo propuso rendición honrosa pero la respuesta española fue clara:
 «Los infantes españoles prefieren la muerte a la deshonra. Ya hablaremos de capitulación después de muertos». 
Ante tal respuesta, recurrió a un método harto utilizado en ese conflicto: abrir los diques de los ríos para inundar el campamento enemigo. Pronto no quedó más tierra firme que el montecillo de Empel, donde se refugiaron los soldados del Tercio. 
En ese crítico momento un soldado del Tercio cavando una trinchera tropezó con un objeto de madera allí enterrado. Era una tabla flamenca con la imagen de la Inmaculada Concepción. Anunciado el hallazgo, colocaron la imagen en un improvisado altar y el Maestre Bobadilla, considerando el hecho como señal de la protección divina, instó a sus soldados a luchar encomendándose a la Virgen Inmaculada: Este tesoro tan rico que descubrieron debajo de la tierra fue un divino nuncio del bien, que por intercesión de la Virgen María, esperaban en su bendito día.

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