El 8 de noviembre de 1890 fallece en París Cesar Frank, compositor y organista francés de origen belga.
En las salas de la Société se estrenaría la mayor parte de las obras que Franck compuso en los años siguientes: en 1882, El cazador maldito; en 1884, el Preludio, coral y fuga y Los Djinns; en 1885, las Variaciones sinfónicas; en 1886, la Sonata para violín y piano.
A los 68 años, César Franck era aún un músico lleno de inspiración y proyectos. En el verano boreal de 1890 compuso en Nemours una excepcional trilogía: los Tres corales para órgano, que constituirían su auténtico testamento musical y espiritual. Hasta el momento había gozado de buena salud, pero desde esa fecha comenzó a sentirse fatigado.
En mayo de 1890 había sufrido un accidente de tráfico: el simón en el que viajaba fue embestido por un ómnibus. En el choque, el músico se había desvanecido, pero su fuerte constitución le permitió un rápido restablecimiento.
El verano en Nemours le hizo recobrar las fuerzas, por lo que, a pesar de las advertencias de la familia y de su médico, el 4 de octubre decidió reemprender las clases. El 18 de ese mes dio la que sería su última lección. Un resfriado le obligó a guardar cama y pronto se le declaró una pleuresía, que se complicó con una pericarditis.
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