miércoles, 4 de julio de 2018

YA ESTÁ EL LISTO.....

¿Por qué se nos contagia la risa? 
 Cuántas veces debes haber estado en algún lugar donde alguien ha soltado una sonora carcajada e inmediatamente no has podido controlar tus ansias por reírte también.
Nuestro cerebro está preparado para recibir estímulos agradables y de modo automático repetirlos. Las responsables de ello son las neuronas espejo (también llamadas neuronas especulares) que se activan cuando perciben alguna acción que considera agradable (porque nos ayuda a sentirnos mejor) de alguien de nuestro alrededor.
Dichas neuronas nos ayudan a sentir empatía (la capacidad de percibir y entender qué es lo que sienten los demás) y afinidad con otras personas.
Como caso práctico, podemos poner el ejemplo de los niños pequeños. Éstos suelen imitar nuestros gestos, ponen nuestras caras, posturas… y cuando les sonríes te devuelven de inmediato una sonrisa. Lo mismo ocurre si te pones a reír a carcajadas frente a ellos, pasan muy pocos segundos para que estén riéndose como tú.
A los adultos nos ocurre exactamente lo mismo, la única diferencia con los niños es que nosotros sabemos controlar nuestros actos y emociones y nos solemos cohibir a la hora de hacer según qué cosas en un lugar público o delante de otras personas. Por eso, al escuchar una carcajada, nuestra primera reacción suele ser una sonrisa como respuesta y, si esa risa continúa y nos sentimos en un ambiente confortable y/o amigable, acabamos riéndonos del mismo modo. Esta misma razón es la que nos hace contagiosos los bostezos, al ver llorar o sufrir a otra persona nos emociona, si oímos toser nos entran ganas de hacerlo o si alguien se rasca en nuestra presencia empieza a picarnos algo a nosotros.

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