domingo, 24 de diciembre de 2017

DUELO MOZART CLEMENTI

No hablamos de un duelo a sable ni pistola, sino a Piano, como bien se puede entender.
El 24 de Diciembre de Viena, víspera de Navidad de 1781.
El Emperador José II es anfitrión del melómano Pablo, Gran Duque de Rusia y de su esposa, la Gran Duquesa Maria Fydorovna y para ese día les ha preparado un duelo musical entre Wolfgang Amadeus Mozart y Muzio Clementi.
Hace poco más de medio año que Mozart ha logrado que Colloredo aceptase su dimisión, cambiando su sueldo fijo en Salzburgo por la autonomía en la capital y se está dando a conocer como pianista.
Clementi es un músico sólidamente establecido y un reconocido virtuoso del piano que, en gira por Europa, está haciendo una escala en Viena.
Ambos músicos acuden encantados, a la invitación, aunque sin saber nada del juego que van a protagonizar.
En la sala, la expectación es máxima. José II apuesta por Mozart, la emperatriz María Josefa por Clementi, que, como visitante, es quien empieza. Lo hace con una composición reciente, la Sonata Op.24 nº 2, improvisando una cadenza.



 Mozart, que debió quedar impresionado por la avalancha de notas con que Clementi demostró sus habilidades, elude hábilmente el enfrentamiento en ese terreno y responde improvisando un Andante seguido de una serie de variaciones sobre la inocente y sencilla canción popular francesa “Ah, vous dirai-je, Maman” (*), que aquí conocemos como “Campanita del lugar”.
Lo que es evidente es que Mozart escuchó y recordó muy bien las notas iniciales de la sonata con que Clementi abrió la sesión, en la que no hay aficionado mediano que no reconozca la Obertura de La flauta mágica, compuesta diez años después como Clementi señaló reiteradamente, aunque sin dejar de manifestar su admiración por Mozart, a quien, que se sepa, no volvió a ver nunca.

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