El 4 de octubre de 1528 nace en Sevilla Francisco Guerrero, sacerdote católico español y maestro de capilla que junto a Tomás Luis de Victoria y Cristóbal de Morales es uno de los grandes nombres de la música sacra española del Renacimiento y uno de los mayores compositores españoles de todos los tiempos.
Ingresó en el coro de la catedral de Sevilla y allí recibió su primera formación musical, de mano de su hermano Pedro y del poeta y maestro de capilla Pedro Fernández de Castilleja. También recibió instrucción, en 1545-46, de Cristóbal de Morales en la catedral de Toledo. En 1546, a los 17 años, fue nombrado maestro de capilla de la catedral de Jaén, ciudad en la que permaneció hasta 1549, en que regresó a Sevilla de nuevo para ingresar como prebendado en su catedral.
Destaca por la variedad de emociones que fue capaz de poner en su música, desde el recogimiento místico a la exaltación, desde la mayor alegría a la desesperación. Su obra, muy popular, siguió interpretándose mucho tiempo, especialmente en las catedrales americanas.
Como sus contemporáneos españoles, prefería las texturas homofónicas, con una voz dominante y las otras subordinadas a ella. Anticipó la armonía funcional, lo que dio lugar a que uno de sus Magnificat, cuya partitura anónima fue encontrada en Lima, fuera considerada mucho tiempo una obra del siglo XVIII.
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