Comenzamos con la exposición de pintura de Sorrolla, en la que apreciamos su pasión por los jardines, en especial los de nuestro Alcazar y los de la Alhambra, y de los que extrae sus pensamientos para hacer su propio jardín, diseñando sus espacios, sus rincones, su arquitectura e incluso los aspectos botánicos.
Se apreciaba en esos cuadros que Sorolla, ya en excelente situación económica, no pintaba para vender sino solo para su propio recreo.
Extraordinaria asimismo la colección de azulejos y mosaicos, por lo que sentía una gran admiración y que llegó a decir en una de sus cartas a su esposa: En Sevilla no se pisa sobre albero sino sobre mosaicos.
Todo ello, magníficamente explicado por las guías que se nos puso a nuestra disposición, formando dos grupos para no nos perdiéramos ni un solo detalle.
Tras la exposición, pudimos asistir a la excepcional Conferencia que dio paso a un concierto para voz y piano, en forma de itinerario poético, que alcanzó grados de gran belleza y meditación en algunos de sus pasajes.
Estamos publicando una amplia Galería de Imágenes, como recuerdo de la Jornada