El 17 de enero de 1751 fallece en Venecia Tomaso Albinoni, compositor italiano del Barroco.
En su época fue célebre como compositor de ópera, pero actualmente es conocido sobre todo por su música instrumental, parte de la cual se graba con regularidad.
A diferencia de la mayor parte de los compositores de su época, parece que nunca buscó un puesto en una iglesia o una corte de la nobleza, pero lo cierto es que era un hombre independiente con recursos propios. En 1722, Maximiliano II Manuel de Baviera, a quien Albinoni había dedicado un conjunto de doce conciertos, le invitó a dirigir dos de sus óperas en Múnich.
Su fama se incrementó en gran medida con la publicación del conocido como Adagio de Albinoni, compuesto en 1945 por el musicólogo italiano Remo Giazotto. Publicado por primera vez en 1958 por la editorial Casa Ricordi, el editor lanzó como argumento de venta que el autor se había basado en unos fragmentos de un movimiento lento de una sonata a trío para cuerdas y órgano de Tomaso Albinoni presumiblemente encontrados en las ruinas de la Biblioteca de Dresde tras los bombardeos de la ciudad acaecidos en la Segunda Guerra Mundial.
La obra fue compuesta por Giazotto basándose supuestamente en el fragmento que pudo rescatar de la partitura original, en el que apenas se apreciaba el bajo continuo y seis compases de melodía. Sin embargo, una prueba seria de la existencia de tales fragmentos no ha sido nunca encontrada; por el contrario la «Staatsbibliothek Dresden» ha desmentido formalmente tenerlas en su colección de partituras.
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