Uwe Scholz fue la figura más brillante y precoz de la coreografía neoclásica germana de los últimos 30 años del siglo XX.
No fue un bailarín destacado y su carrera escénica como ejecutante se limitó a formar parte del cuerpo de baile del Ballet de Stuttgart, donde pronto destacó por su inventiva y facultades creativas. Menudo, inquieto, de un humor cambiante e intempestivo que marcó su carrera y sus relaciones con el ballet internacional.
Dejó de bailar a los 27 años y ya antes había comenzado a crear febrilmente, con una capacidad monumental que le hizo acumular un repertorio de más de cien creaciones, la mayoría de ellas basada en el gran formato neosinfónico y apoyado por la música clásica, con preferencias en Mozart, Bach, Stravinski y Richard Strauss.
Y es en esta faceta, para quien no tenga referencia de él, en la que queremos traerlo a nuestro Blog, con una escenografía tan atrevida e impactante como es el poner imágenes de danza a nada menos que la Gran Misa de Mozart,
Uwe Sholz fallecio a los 45 años de edad, (en el año 2004) dejándonos coreografias tan bellas como esta.
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