Querida Décima: sin palabras.
Bello e inmerecido homenaje porque en esta amistad sólo cabe alegrarnos de compartir.
Esta comunicación que nos vincula es el gran secreto de la Décima. Comunicación notable en un mundo de debates y de carreras sin destino, vosotros levantáis el ideal clásico de verdad, bondad y belleza y desde nuestra generación de jóvenes con años surge un fogonazo de alegría.
Veo la tristeza y la alegría, el cansancio y la felicidad en mi propia imagen y me gustaría enviarles el reflejo de vuestro cariño que percibo.
Gracias.
Desde mi tierra serrana os escribo frente a un milagro de luz que mi madre me manda desde su estrella y os encomiendo a mi Virgen patrona frente a su Iglesia Castillo que se recorta como pinchada en mi ventana.
En mi trayectoria profesional las experiencias son una imposible biblioteca.
El capítulo que deja
la Décima resalta entre los millones de imágenes de mi larga y densa existencia. Os recuerdo con verdadera admiración. Os envió un invitación a compartir la belleza y bienestar de Aracena. Un abrazo, Lola
Lola, es el otoño donde tu tierra serrana está especialmente serena, cálida, bellísima, vestída de naranjas, ocre y rojos.....No dudes que sería un privilegio pasearla con una anfitriona como tú, y que por los senderos fueran a recibirnos los personajes de tus cuentos.......
ResponderEliminarUn abrazo Lola, y .....gracias por tu generosidad.
ELENA