Era EL 26 de junio de 1977 y Elvis Presley estaba en el escenario para dar el que sería el último concierto de su vida en el Marquet Square Arena de Indianápolis.
Sólo dos meses después, el 16 de agosto a las 14:20 horas, el “Rey del Rock” fue encontrado en su mansión de Graceland.
Durante su última presentación sobre un escenario, Elvis hizo un repaso, como hacía desde los últimos años, sobre los discos que le dieron el éxito que lo colocó como el mayor vendedor del país, interpretaba Jailhouse Rock, Blue Suede Shoes, All Shook Up, My Way y Always in my mind con un ritmo desigual y su voz se perdía entre los efectos del alcohol. Ese era en ese momento el nuevo Elvis, un personaje en declive.
Y no es con ese concierto con el que consideramos de justicia recordarlo, sino en otros momentos de pleno apogeo y que marcaron nuestra infancia y juventud.
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