Ayer, durante la clase de Conocer Sevilla, se habló del Krausismo como movimiento filosófico y doctrina política dentro del liberalismo.
En el descanso, una de nuestras compañeras, le hizo ver a nuestro profesor (logicamente en plan irónico y amable) que el Krausismo sigue existiendo en nuestros días, con una gran fuerza.
Como conocemos perfectamente el motivo de la observación, inmediatamente y ante del desconcierto mostrado por Joaquín Herrera, nos apresuramos a aclarar que nuestra compañera se refería a la escuela dejada por D. Alfredo Kraus.
Alfredo Kraus nació tal día como hoy, 24 de Noviembre de 1927 en Las Palmas de Gran Canaria y es considerado uno de los mejores tenores líricos ligeros de la segunda mitad del siglo XX.
Kraus inició sus estudios musicales con lecciones de piano a los cuatro años de edad, y cantando en el coro de la escuela a los ocho.
Debutó internacionalmente en el Teatro Real de El Cairo en 1956 (solo con 29 años), con el papel del Duque de Mantua en la ópera Rigoletto de Verdi y con el papel de Mario Cavaradossi en la ópera Tosca, de Puccini.
Kraus también fue un destacado intérprete de zarzuela, con grandes éxitos como La tabernera del puerto, Doña Francisquita, La revoltosa, El huésped del sevillano, Black el payaso, Marina, etc.
Recibió el Premio Canarias de Bellas Artes e Interpretación en 1985 y el Premio Príncipe de Asturias de las Artes en 1991.
Fue un aplaudido intérprete de óperas como La traviata, Lucia di Lammermoor, La sonnambula, La fille du regiment, Werther, Romeo y Julieta, Rigoletto, Lucrezia Borgia, El barbero de Sevilla, Les contes d'Hoffmann, I puritani, etc.
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