La Universidad hizo un gran despliegue informativo sobre el Acto de la Entrega del III Premio de Cultura.
Además de la invitación vía correo electrónico a todos los universitarios registrados en el CICUS, que es casi decir a todos, se enviaron invitaciones personalizadas, vía postal a nuestros domicilios.
Se habían convocado a todos los colectivos relacionados con la Música y la Lírica.
Sevilla celebraba esa tarde-noche el Día de la Cultura, con largas colas en entradas de museos para ver algunas exposiciones que habitualmente se encuentran vacías de público, y el centro de nuestra ciudad era una verdadera riada humana.
El lugar para la entrega del Premio, el Paraninfo de nuestra Universidad, es por derecho propio un verdadero Museo.
El premiado, Carlos Álvarez, se encuentra entre las grandes figuras mundiales del mundo de la Ópera, aunque su cercanía y humildad pudiera hacer pensar otra cosa a los no iniciados.
Todas las circunstancias se conjugaban para que nuestro Paraninfo presentara el aspecto de las grandes ocasiones solemnes.
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