viernes, 16 de octubre de 2015

APOTEOSIS DE LAS CUERDAS

Un hecho histórico en un momento oportuno propició que nuestra ROSS tenga unas secciones de cuerdas a la altura de las mejores orquestas sinfónicas europeas.
Nacía el proyecto de la Orquesta Sinfónica de Sevilla con el maestro croata Sutej haciendo la selección de los músicos que la habían de conformar cuando miles de interpretes de la extinta Unión Soviética buscaban en toda Europa un lugar donde mejorar su nivel de vida, o simplemente "vivir".
Todos conocemos que las orquestas de la  Union Soviética tenían y tienen  fama especialmente por las "cuerdas".
De esa forma, y junto a algunos otros grandes maestros de la Orquesta Bética Filarmónica, que pasaron los niveles exigidos de calidad, se pudieron incorporar a nuestra Orquesta músicos procedentes del Bolchoi, como Tamara Mektemirova, o el que fue nuestro concertino durante muchos años, antes de su salto a la ONE, Sergei Tesla, componente del mítico grupo Los Virtuosos de Moscú, o el contrabajo Lucian Ciorata, procedente de Los Virtuosos de Bucarest etc. etc.
Viendo las "cuerdas" que ayer estaban sobre el escenario de Ingenieros, verificamos que ya no están entre nosotros muchos de aquellos músicos originales, pero la escuela que ellos dejaron y algunos todavía lo hacen al estar en activo, hace que las secciones de cuerdas tengan un brillo especial dentro del conjunto de la ROSS.
Con estos mimbres y con una partituras como las de Elgar, Dvorak y sobre todo Tchaikovsky es evidente que el éxito estaba más que asegurado y  anoche nos brindaron un concierto monográfico bajo el título de Serenatas para Cuerdas, que supero todas las expectativas que en él teníamos depositadas.
Resulta innecesario hablar de la precisión y belleza en cada uno de los movimientos de las distintas serenatas, con un segundo movimiento en forma de Vals, de la composición de Tcahikovsky, que nos fue ofrecido en repetición, como propina.
Destacada la actuación del concertino invitado de la ROSS, Éric Crambes, quien lo hizo en su doble faceta de músico y director.
Lógicamente La Décima no podía perderse un acontecimiento musical de esta magnitud.

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